Por qué abandonar el concepto de “Talla Única”

Adaptación de lentes a contacto blandas estándar o personalizadas: ¡hagan sus apuestas!

 

Los nuevos conocimientos en el mundo de las lentes de contacto especializadas nos han llevado a revisar la manera en que deberían adaptarse las lentes de contacto blandas en la era de la tecnología actual. Ahora más que nunca, los centros de investigación y los profesionales líderes del sector abogan por un retorno a las capacidades y las competencias en la adaptación de lentes de contacto blandas2.

 

El hilo conductor es el hecho de que, a pesar de los avances hechos en nuevos materiales y en óptica avanzada, todavía no se ha conseguido reducir el número de pacientes que abandonan el uso de lentes de contacto. Cabe preguntarse si la indiferenciación del sector ha jugado un papel en todo esto mediante la excesiva simplificación de la adaptación de las lentes, lo que ha conllevado un impacto negativo en nuestros estándares de la práctica clínica. En este artículo, vamos a destacar algunos factores relacionados con el paciente, la lente y el profesional que tendrían que tomarse en consideración para mejorar la adaptación de las lentes y su rendimiento en el ojo, así como la satisfacción del usuario a largo plazo.

 

La adaptación de lentes de contacto blandas: el contexto

 

Una investigación realizada por Rumpakis et al (2010) demostró que una menor comodidad (relacionada especialmente con la sequedad), la disminución o la inestabilidad de la visión y las repercusiones negativas en la salud del ojo son tres de los factores más comunes que determinan el abandono de las lentes de contacto3. Se estima que en Europa el porcentaje de abandono de lentes de contacto está en un 30%; este dato podría explicar en parte por qué las ventas de lentes se han mantenido estables durante años. Una encuesta que involucró a más de 16 mil sujetos destaca que el 33% de los usuarios abandona el uso de lentes después de tres meses de su adaptación inicial, mientras que uno de cada diez renuncia al uso ya en el período de prueba de dos semanas4. Estos resultados hacen hincapié en el papel del profesional de la visión en la identificación y prevención de los primeros signos de una experiencia con lentes de contacto no del todo satisfactoria. Estos abandonos conllevan consecuencias económicas en términos de generación de ingresos, escasa fidelización del paciente y poco crecimiento de la actividad. Por lo tanto, nuestro objetivo es comprender mejor los factores que influyen en una adaptación perfecta de las lentes de contacto.

 

La gestión exitosa de un gabinete de contactología requiere una cuidadosa evaluación del paciente y la comprensión del «factor humano». Desde la consulta inicial hasta la adaptación final de la lente: todo debería girar alrededor del paciente. Sin embargo, la estandarización actual de la práctica clínica tiende a pasar por alto la individualidad del paciente. Algunos estudios epidemiológicos demostraron una variabilidad significativa de los datos biométricos en ojos sanos, principalmente el tamaño y la forma de la córnea. Del mismo modo, la fisiología de la superficie ocular afecta a la comodidad de las lentes de contacto de una manera única, especialmente porque está relacionada con la composición y la estabilidad de la película lagrimal, el tono palpebral, la dinámica del parpadeo y la integridad de los párpados. También los factores ópticos como las aberraciones oculares, las variaciones del tamaño pupilar y la respuesta acomodativa pueden variar considerablemente entre los usuarios. Con todas estas variables en juego, podemos darnos cuenta de que es bastante improbable que un único factor pueda garantizar el éxito de una buena adaptación para todos los pacientes. Por lo tanto, la mejor estrategia podría ser la de seguir un enfoque sistemático (Figura 1).

 

Empezar con el pie derecho

 

El punto de partida para elaborar tu estrategia siempre debería ser la anamnesis completa del paciente: las enfermedades sistémicas u oculares y la ingesta o aplicación tópica de medicamentos pueden comprometer el confort de las lentes de contacto. También la ocupación del paciente, su estilo de vida y el medio ambiente en el que usará las lentes, así como su motivación y las expectativas, son fundamentales para ayudarte en la recomendación de las lentes de contacto más apropiadas. En última instancia, la subjetividad de los pacientes es un factor clave para el éxito de la adaptación: por esto es necesario involucrar a los pacientes siempre en conversaciones e interacciones de calidad.

 

Cuando tienes que elegir una lente de contacto, puedes comenzar buscando la mejor correspondencia entre las necesidades del paciente y las soluciones estándar que tienes a tu alcance. La modalidad de porte (lente de uso diario o frecuente) y el material (hidrogel de silicona o hidrogeles modernos) son los primeros criterios que se aplicarán para estrechar el cerco alrededor de la lente que vamos a elegir.

 

En cuanto a los materiales, se sabe que los hidrogeles de silicona no son el Santo Grial de las lentes de contacto en cuanto a confort se refiere5. Este tipo de lentes de contacto será el más adecuado para algunos pacientes mientras que, para aquellos que no experimentan beneficios con este material, la ingeniería en polímeros ha solventado algunos de los defectos de los hidrogeles convencionales con la introducción de la última generación de hidrogeles biomiméticos5: el material Ori:gen technology, utilizado en las premiadas lentes Gentle de mark’ennovy, se caracteriza por un agente de reticulación homogéneo idóneo para producir una matriz única, sumamente porosa, garantizando una deshidratación inferior al 1%. El coeficiente de fricción extremadamente bajo (CoF 0,05), que imita también la lubricidad de la propia córnea, garantiza la humectabilidad de las lentes y un confort natural. Te aconsejamos mantener diferentes materiales de lentes de contacto disponibles en tu gabinete para que puedas elegir según la fisiología y las necesidades de tus pacientes.

 

Esta estrategia es bastante sencilla hasta la adaptación propiamente dicha de la lente de contacto: es precisamente en este momento cuando se podrían encontrar algunas dificultades debidas, por ejemplo, a la gama limitada de geometrías y parámetros disponibles de las lentes de contacto producidas en serie y al enfoque de la «talla única». Los progresos tecnológicos logrados en el mapeado de las lentes de contacto nos proporcionan algunas observaciones interesantes. Una de las más importantes es que la variable más relevante para elegir la lente de contacto es la altura sagital de la córnea, ya que ofrece una predicción más exacta del comportamiento de la lente en el ojo que los valores queratométricos centrales6.

 

El concepto de la ságita suena familiar a quienes prescriben lentes esclerales y lentes especiales, pero ¿puede ser igual de significativo para los profesionales que prescriben lentes de contacto blandas? Por razones prácticas, nos concentramos primero en el diámetro corneal que ha demostrado una buena correlación con el rendimiento de la lente en el ojo y no requiere equipos sofisticados. Estas son buenas razones para incluirlo en la evaluación rutinaria de las lentes de contacto. La medición del diámetro horizontal del iris visible (DHIV) se puede realizar fácilmente con una regla específica. Algunos estudios llevados a cabo por el Colegio de Optometría de la Universidad del Pacífico constataron que los valores de DHIV oscilaban desde 10,9 hasta 12,6 mm, con un valor medio de 11,8 mm1, en 200 mediciones consecutivas. Aproximadamente el 27% de los ojos resultó fuera del rango de diámetro 11,3-12,2 mm, es decir, los valores para los cuales las lentes de contacto estándar otorgan una óptima adaptación.

 

La evolución de la capacidad de diagnóstico por imágenes permitió pasar de la clásica topografía corneal a la exploración del limbo y de las zonas más allá de los límites de la córnea para poder así comprender el segmento anterior del ojo como un todo. La tomografía de coherencia óptica (OCT por sus siglas en inglés: Optical Coherence Tomography) y la perfilometría ocular permitieron medir la altura sagital media de ojos sanos, que resultó ser de 3.735 µm ±186 µm, considerando una cuerda de 15 mm7. Dado que algunos estudios identificaron un rango variable de 900 µm en la población normal, las investigaciones realizadas sobre los valores de la profundidad sagital de las lentes de contacto blandas estándar sugieren que estas apenas cubren un tercio aproximadamente de ese rango8. Una vez más, esto nos sugiere que algunas córneas requieren una lente de contacto fuera de los denominados parámetros estándar.

 

En lo que se refiere a parámetros de las lentes, los radios base y los diámetros de las lentes de contacto diarias y de reemplazo frecuente comercializadas por las distintas marcas son muy similares entre sí. Sin embargo, estudios independientes realizados por Montani y van der Worp pusieron de manifiesto las diferencias significativas en los valores de profundidad sagital, así como las diferencias entre los parámetros declarados en la etiqueta y los reales6. Además, hay poca información disponible sobre las geometrías de la parte periférica de las lentes y la configuración de los bordes; estas características que podrían ayudar a predecir el comportamiento de la lente de contacto en el ojo9. Por lo tanto, la adaptación de una lente de contacto estándar podría ser descrita como un mero ejercicio empírico: las pruebas y esperas que la adaptación en la córnea sea satisfactoria.

 

¿Pero qué sucede cuando la adaptación de la lente no es óptima? Es precisamente aquí que la flexibilidad de elección de los parámetros y las geometrías, junto con las opciones de personalización del diseño, se convierten en puntos fundamentales para lograr la mejor adaptación entre la lente y la córnea (Figura 2). El tamaño pupilar y su dinámica y las aberraciones oculares son el punto de inicio de los diseños ópticos más avanzados, como para las lentes multifocales, multifocales tóricas o asféricas. Por ejemplo, la Smart Multifocal Technology de mark’ennovy optimiza los diámetros de la zona óptica para cada adición y diseño (centro-lejos/centro-cerca), lo que permite explicar las diferencias entre las distintas necesidades visuales y la evolución natural del tamaño pupilar. De esto modo, logramos una coincidencia perfecta entre las necesidades de cada ojo y la distribución de la potencia dióptrica en todo el perfil de la lente, lo que se traduce en una mejora de la calidad visual.

 

Conclusiones: ¡hagan sus apuestas!

 

La singularidad de cada ojo y los factores relacionados con el paciente explican por qué es imprescindible un enfoque más personalizado que implica el uso de lentes blandas hechas a medida para obtener óptimas adaptaciones en buena parte de los casos. La adaptación de lentes blandas hechas a medida será un elemento distintivo de tu actividad que te diferenciará a ti como profesional de la visión de alto nivel y destacará tu clínica como defensora de la satisfacción y fidelización del paciente.

 

 

Figura 1

El enfoque sistemático para la adaptación de lentes de contacto blandas hechas a medida aconsejado por el equipo cualificado Customer Care de mark’ennovy:

  1. Empieza la consulta con el paciente. Toma nota de la prescripción de gafas, de la agudeza visual y de la dominancia ocular actualizada. Anota los datos biométricos y los relativos a la curvatura corneal;
  2. Mide el DHIV, que debería ser tu parámetro de referencia, a 45° y añade 3 mm para determinar el diámetro de la lente (Æ);
  3. Si es necesario, solicita consejo a nuestros expertos para seleccionar el material y la geometría, así como las opciones de personalización del diseño a disposición;
  4. Utiliza la tabla de los parámetros del fabricante y selecciona la primera lente basándote en los datos (Æ y Km), en las propiedades del material y el diseño de la lente;
  5. Evalúa el comportamiento en el ojo verificando el centrado, el movimiento y la estabilidad de la lente, así como la agudeza visual y la fisiología;
  6. Compensa la posible rotación del cilindro con las sugerencias para la adaptación; continúa con la optimización multifocal.

 

Figura 2

La inigualable combinación de parámetros, geometrías y materiales blandos de mark’ennovy te proporciona un número ilimitado de opciones para la adaptación perfecta de la lente en cada paciente.

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Referencias

  • Caroline P, André M. “The effect of corneal diameter on soft lens fitting” (part 1). Contact Lens Spectrum 2002;17(4):56.
  • Wolffsohn J.S. et al. “Bringing expertise back into soft contact lens fitting”. Soft Special Edition XXII.
  • Rumpakis J. “New data on contact lens dropouts. An international perspective”. Rev Optom 2010;147(1):37-52.
  • Syndicated incidence study by an independent research agency. Online survey with adults aged 15+ (n=16,279); France, Germany, Russia, and UK data combined (2013). Quoted by Aslam A. and Haskova J. “Understanding the Effects of Comfort on Contact Lens Dropouts”. Eye Health Advisor® by Johnson & Johnson, Edition One, 2014.
  • Jones L. “Hydrogel contact lens materials: Dead and buried or about to rise again?” Contact Lens Update October 2013.
  • Montani G., van der Worp E. “BCE vs DIA vs SAG”- Coverage from NCC 2016. Global Contact 2016.
  • Caroline P. and Kojima R. “Sagittal Height Calculator based on Peripheral Corneal Angle Measurement”. Soft Special Edition WorldWide Vision XIV.
  • Wolffsohn J.S. et al. “Impact of soft contact lens edge design and midperipheral lens shape on the epithelium and its indentation with lens mobility”. Invest Ophthalmol Vis Sci 2013;54:1690-96.